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Síntomas de la malformación arteriovenosa: Signos y diagnóstico

¿Qué es una malformación arteriovenosa?

Una malformación arteriovenosa (MAV) es una anomalía vascular congénita caracterizada por una conexión anormal entre arterias y venas, sin la presencia de capilares intermedios. Esto provoca un flujo sanguíneo de alta presión que puede debilitar los vasos y aumentar el riesgo de hemorragia cerebral.

Los síntomas de la malformación arteriovenosa varían según la localización, el tamaño y la presencia de sangrado. Algunas MAV pueden ser asintomáticas y detectarse incidentalmente en estudios de imagen, mientras que otras pueden causar síntomas neurológicos graves.

Síntomas principales de la malformación arteriovenosa

Síntomas más comunes

Los síntomas de la malformación arteriovenosa pueden manifestarse de forma progresiva o repentina si ocurre una hemorragia. Entre los signos más frecuentes se incluyen:

  • Dolor de cabeza persistente o localizado. Puede ser similar a una migraña y, en algunos casos, está asociado con la presión de la MAV sobre estructuras cerebrales.
  • Convulsiones. Son una de las manifestaciones más frecuentes, especialmente en MAV ubicadas en la corteza cerebral.
  • Debilidad o entumecimiento en extremidades. Dependiendo de la ubicación de la malformación, puede afectar la movilidad de un lado del cuerpo.
  • Alteraciones visuales. Pueden presentarse visión borrosa, pérdida de campo visual o incluso ceguera en un ojo si la MAV está en el lóbulo occipital.
  • Dificultades en el habla o comprensión del lenguaje. Ocurren cuando la MAV afecta el área del cerebro responsable del lenguaje, como el lóbulo temporal o frontal.

Síntomas de una hemorragia por MAV

Cuando una MAV se rompe, provoca una hemorragia intracerebral o subaracnoidea, lo que representa una emergencia médica. Los síntomas incluyen:

  • Dolor de cabeza intenso y repentino, descrito como el peor de la vida del paciente.
  • Pérdida de la conciencia o confusión repentina.
  • Náuseas y vómitos sin causa aparente.
  • Déficits neurológicos graves, como parálisis o alteraciones sensoriales.
  • Rigidez en el cuello y sensibilidad extrema a la luz (fotofobia).
  • Dificultades para coordinar movimientos o inestabilidad al caminar.

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Importancia del diagnóstico temprano

Evaluación médica

El diagnóstico oportuno de una malformación arteriovenosa es clave para prevenir complicaciones graves como hemorragias y déficits neurológicos. Las pruebas más utilizadas para su detección incluyen:

  • Angiografía cerebral. Es el estudio más preciso para visualizar la estructura de la MAV y su flujo sanguíneo.
  • Resonancia magnética (RM) con contraste. Permite identificar la ubicación y el impacto de la malformación en el tejido cerebral.
  • Tomografía computarizada (TC) con angiografía. Útil en casos de hemorragia aguda para evaluar el daño cerebral.

Comunicación con el neurocirujano

Importancia de la evaluación especializada

Si se confirma el diagnóstico de malformación arteriovenosa, es fundamental la intervención de un neurocirujano especializado para determinar el mejor tratamiento y reducir el riesgo de complicaciones.

Proceso de evaluación y tratamiento

  • Análisis de la ubicación y tamaño de la MAV mediante estudios de imagen avanzados.
  • Discusión interdisciplinaria para definir la mejor estrategia terapéutica según el riesgo de sangrado.
  • Seguimiento postoperatorio o endovascular para evaluar la respuesta al tratamiento y prevenir recurrencias.

Puntos clave: Síntomas de la malformación arteriovenosa

  • Una malformación arteriovenosa es una conexión anómala entre arterias y venas que puede provocar síntomas neurológicos o permanecer asintomática.
  • Los síntomas principales incluyen dolor de cabeza, convulsiones, debilidad en extremidades y alteraciones visuales o del habla.
  • Una hemorragia por MAV se manifiesta con un dolor de cabeza repentino, pérdida de la conciencia, náuseas y déficits neurológicos graves.
  • La angiografía cerebral y la resonancia magnética son los estudios más precisos para diagnosticar una MAV.
  • La consulta con un neurocirujano es esencial para definir el tratamiento, que puede incluir cirugía, embolización endovascular o radiocirugía.

Referente en Neurocirugía de Alta Complejidad en Argentina, parte de un equipo de cirujanos expertos en neurocirugía compleja, especializados en cirugía vascular, tumores cerebrales, epilepsia y patologías de la base del cráneo.

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